La historia de Tati es una historia de amor y de reencuentro. Una de las más emocionantes y conmovedoras que hayamos experimentado aquí en el refugio. Tati llegó al Campito agonizando, luego de ser atropellada en la Tablada. Estuvo varios días internada y tuvo que ser operada en dos oportunidades. Pero ella siempre estaba al borde de la muerte, siempre luchándola como una leona. Y es que Tati tenía un destino que cumplir, un lugar en este mundo demasiado importante como para partir en ese momento. Unos días después de su rescate, recibimos unas fotos de una perrita que estaban buscando y para nuestra sorpresa, ¡era ella! Tati, su verdadero nombre es Juana, había quedado al cuidado de su abuela humana, ya que su papá había rescatado a un animalito que no podía convivir con ella. Lamentablemente, Juana escapó, tirando a su abuela al suelo y el resto es historia… El accidente, las operaciones, su recuperación…  Las fotos llegaron a manos de su papá, Walter, que se acercó al refugio desesperado en busca de su adorada hija. Pero nuestra sorpresa fue aún mayor cuando nos enteramos que Tati es la única perra mestiza de un cuerpo de rescatistas, entrenada para la búsqueda de personas vivas.  El día del reencuentro, Walter llegó al refugio bajo la lluvia y Tati, que aún seguía muy cabizbaja, reaccionó con una alegría desmedida al escuchar el silbido característico de su papá y compañero incondicional. La emoción del momento fue grandísima y nadie lo podía creer. Si bien Tati estaba muy malherida y aún se estaba recuperando, hoy sabemos que sigue dedicándose a hacer lo que tanto ama, rescatar personas…