ELíAS
« VOLVER

Elías llegó a la veterinaria casi muerto. Así de simple. Los gusanos le habían comido casi toda la cara y sus posibilidades de sobrevivir eran escasas. La doctora Betty, muy acostumbrada a nuestros casos, nos dijo que ya no quedaba nada por hacer más que ayudarlo a partir sin sufrimiento. Fue en ese momento que Nani, la directora del refugio, le dijo que no podían dejarlo ir sin antes haberle dado una oportunidad y que si realmente era su hora, partiría con dignidad y con amor. Mientras le sacaban los gusanos, sufrió un paro cardíaco, pero la doctora hizo todo lo posible y Elías volvió a nosotros. Pero nuestro gladiador también volvió a vivir el día de su rescate cuando Elisa, quien fue a buscarlo, lo apretó bien fuerte contra su pecho, sin importarle nada. En ese abrazo, él experimentó lo que es el amor y supo que la vida le estaba dando una segunda oportunidad. Nuestro luchador empedernido fue mejorando. Todo el huesito expuesto se cubrió y aprendió a manejarse perfectamente a pesar de su ceguera. Luego de varios días internado, nos enteramos que la gente de la zona en donde estaba Elías lo apedreaba y lo pateaba para ahuyentarlo. ¿Cómo se puede ser tan cruel? ¿Cómo puede alguien maltratar a un ser cuya vida pende de un hilo, que está sumido en un dolor tan terrible? Pero Elías salió adelante, dejando atrás tanta indiferencia y tanto abandono. Se realizó una operación para quitarle todo el tejido necrosado y limpiar el área y, al estabilizarse, fue al refugio. Y Elías no sólo fue dado de alta, sino que además cerró su círculo y vive feliz en un hogar, rodeado de una familia que le da todo el amor que alguna vez deseó. Un verdadero milagro… Porque justamente eso es Elías, un milagro, un canto a la vida, un ejemplo de esperanza absoluta. Elías nos enseñó tantas cosas, pero la principal fue a no bajar los brazos.



Refugio El Campito 2012 - Todos los Derechos Reservados